Menos Mr. Wonderful y más psicólogo





 Menos Mr. Wonderful y Más Psicólogo




No te dejes de lado cuando más te necesitas. Si te duele la cabeza o te rompes una pierna, acudes a tu médico, ¿verdad? Pero, si no tienes bienestar emocional, ¿también consultas por ello? Las enfermedades mentales siempre fueron un tema tabú, algo que esconder o de lo que sentir vergüenza, pero ¡no debe ser así!


¿Quién no ha tenido una mala racha? ¿Quién no se ha sentido sobrepasado por alguna situación de su vida? ¿Quién no ha sentido desmotivación, ansiedad o desilusión alguna vez? ¡Todos! Los cantantes Justin Bieber o Ariana Grande; los futbolistas David Beckham y Neymar... también van al psicólogo y seguramente mucha gente que conoces también. Por ello, debemos normalizar acudir a profesionales que cuiden nuestra salud mental y nos ayuden a encontrar estabilidad y bienestar emocional.


   Conociéndote a Ti Mismo


Es necesario desarrollar el “autoconocimiento” para practicar el “autocuidado”.


“Lo siento, pero soy así”... Seguro que lo has escuchado muchas veces o incluso lo has dicho, pero... ¿Sabes por qué eres como eres? ¿Sabes por qué actúas como actúas, piensas como piensas o reaccionas como reaccionas? No te preocupes si no sabes responder, no es nada fácil.


Te proponemos un ejercicio. Coge papel y un boli. ¿Ya? Escribe todas las emociones y sentimientos que conozcas (¡en el siguiente apartado encontrarás muchos!). Cuando acabes, elige uno y responde poco a poco a las siguientes preguntas: ¿he sentido esto alguna vez?, ¿lo siento a menudo o hace mucho que no lo siento?, ¿por qué lo sentí?, ¿qué hice?, ¿por qué reaccioné así?, ¿se lo conté a alguien?, ¿lo exterioricé de alguna forma? Haz lo mismo con los demás… ¡no tengas prisa! Así irás encontrando las respuestas a las preguntas que te planteábamos más arriba.


Conociéndote a ti mismo podrás entenderte y aumentar tu “autoestima” (quererte tal y como eres, valorar más tus logros, priorizarte...). Estos son los primeros pasos para conseguir ese bienestar emocional que es crucial para llevar las riendas de tu vida, contribuir a la sociedad trabajando de forma efectiva y cultivar tus relaciones; “cuídate a ti mismo para poder cuidar a los demás”. Además, como hemos visto en el capítulo 1, la salud física está ligada a la salud mental.





  Tus Sensaciones y Pensamientos


Tus sensaciones y pensamientos son a menudo intrusivos, generan emociones. Esa experiencia emocional dictará tu conducta en futuras situaciones.


Te lo explico con un ejemplo: Si suspendes un examen podrías pensar “no sirvo para esto”, “esto no se me da bien”, “nunca voy a ser capaz”...(a todos nos ha pasado). Esto puede conllevar que sientas inseguridad y miedo las próximas veces que te presentes a una evaluación y ¡no debe ser así!


Por ello, debes ser crítico con tus interpretaciones y aprender a relativizar, es decir, darle a cada cosa la importancia que merece. Suspender un examen no significa nada, no eres peor alumno ni serás peor profesional por ello. No has fracasado. Nadie va a pensar que no eres capaz por no haber llegado al aprobado. ¡Es solo un examen! ¡No es tan importante! ¡Confía en ti! Si no lo consigues tú solo pide ayuda a tu entorno (pueden ser tanto profesores como compañeros de trabajo), y a grandes profesionales dispuestos a ayudarte.


  Hacer Autocrítica


Es importante hacer “autocrítica”.


¿Eres la mejor versión de ti mismo? ¿Eres quién quieres ser? Si tu respuesta es sí, ¡felicidades, sigue así! Si tu respuesta es no… no te preocupes, ¡TIENES TODAS LAS HERRAMIENTAS para introducir pequeños cambios en ti si crees que hay algún aspecto que quieres mejorar! Si no lo consigues tú solo… ¡ya sabes qué hacer!


  Aparta lo que No te Aporta


Ya lo dijo Aristóteles (¿te suena? es un gran filósofo de… ¡hace más de 2400 años!)... los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, es decir, necesitamos del contacto y la relación con otros para nuestra máxima realización. Sin embargo, hay veces que las relaciones nos hacen más mal que bien... y es a lo que llamamos relaciones tóxicas o destructivas. Estas no existen solo entre parejas, también entre amigos, familia, compañeros de trabajo.


   Relaciones Tóxicas


Te preguntarás… ¿Cómo identifico si una relación es tóxica? Suelen tener muchas cosas en común:


1. **¿Siempre encuentras razones por las que no acabar con esa relación?** Puede que esto sea porque tienes cierta dependencia de la otra persona.

2. **¿Tienes que dar demasiadas explicaciones o pedir permiso?** Puede que esto sea porque no es una relación libre y existe desconfianza.

3. **¿Demasiadas discusiones?** Puede deberse a la falta de entendimiento.

4. **¿No te reconoces? ¿Te sientes cansado, bajo de ánimos, con menos fuerza?** Puede que la relación te esté desgastando.

5. **¿No te sientes demasiado apoyado en tus ilusiones y decisiones? ¿No sientes demasiado reconocimiento por la otra persona hacia tus esfuerzos y tus logros? ¿Sientes que siempre cedes tú?**


  La Felicidad


“De mayor quiero ser feliz.” ¿Qué es para ti la felicidad?


En nuestra sociedad encontramos un anhelo de alcanzar la felicidad total. Creemos que tener “cuerpazo”, mucho dinero, un buen trabajo o irnos de vacaciones a la otra punta del mundo nos hará felices completamente. Te cuento un secreto... la felicidad total no existe y no se encuentra en esas cosas que todos pensamos. Aunque suene cursi, la felicidad se encuentra en saber apreciar las pequeñas cosas cotidianas, como tomarte unas pipas con tu mejor amigo en un banco, dormir junto a la persona que quieres o disfrutar de tu trabajo.


  Carpe Diem


Carpe diem, vive el momento.


Sentir es la prueba de que estamos vivos.


   Emociones, Sentimientos y Estado de Ánimo


Las emociones son las sensaciones o reacciones que tenemos de forma automática durante una situación concreta. Por ejemplo, la ira durante una discusión con un amigo.


Los sentimientos son sensaciones más duraderas y requieren reflexión. Por ejemplo, “disfruto mucho al comer tarta de chocolate”, sabes que es así aunque no estés comiendo.


El estado de ánimo es la forma en que nos sentimos de forma más continuada. Es más intenso y prolongado que los sentimientos. Por ejemplo, la tristeza por haber perdido a un ser querido. Todos tenemos las tres, forman parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, a veces interfieren en nuestra vida hasta poder provocar malestar personal o problemas en nuestra vida social, académica, laboral, familiar... es entonces cuando se han convertido en un trastorno y es el momento de pedir ayuda.


  Algunas Emociones y Sentimientos


   1. ¿Es mi Miedo Real? ¿Lo que Siento son Nervios o Ansiedad?


El miedo es esa sensación de que se nos acelera el corazón, se nos seca la boca y empezamos a sudar… Es una emoción incómoda, pero protectora, es decir, es un mecanismo instintivo de defensa que nos hace estar muy alerta y escapar o evitar los peligros. Por ejemplo, correr si un coche se acerca demasiado rápido mientras cruzamos por un paso de peatones.


Eso sí, es importante distinguir entre el miedo ante un peligro real y el miedo ante un peligro irracional, sin importancia, imaginario o desproporcionado. En este caso ya es una reacción que paraliza y dificulta tu vida.


La ansiedad funciona de manera parecida al miedo y están estrechamente conectados. En su justa medida es también un mecanismo de defensa que determina nuestro estado de alerta. Por ejemplo, sentir cierta ansiedad ante un examen importante demuestra que le das importancia y además, te mantendrá muy concentrado. Es esa sensación de ¡qué nervioso estoy!


Sin embargo, llega un punto en que esos “nervios” se convierten en una sensación incapacitante que te mantiene inquieto, tenso y agobiado todo el día; que no te deja dormir; que te genera inseguridad y temor a perder el control o incluso se manifiesta en forma de “ataque de ansiedad”... si esto ocurre se encuadraría dentro de los trastornos de ansiedad (trastorno de ansiedad generalizada, fobias, trastornos del pánico…).


   2. ¡Qué Estrés!


Es una reacción adaptativa. Por ejemplo, imagina que tienes una entrevista de trabajo importante o que estás en pleno periodo de exámenes. ¡En estos casos el estrés es completamente normal! El problema viene cuando se convierte en un trastorno desadaptativo. Esto ocurre cuando esa sensación de estrés no desaparece al irse el estímulo que la producía, es decir, seguir sintiéndote estresado mucho tiempo después de que la entrevista haya pasado o el periodo de exámenes haya acabado.


  3. ¡Qué Rabia!


La rabia se caracteriza por una expresión agresiva. Socialmente sirve para mostrar nuestra desaprobación ante una situación para que la otra persona cambie su conducta. Sin embargo, no debes abusar de este método, ya que puede crearte un malestar emocional continuo. 

Por ello, es esencial aprender a gestionar la rabia de manera constructiva, expresándola de forma adecuada y buscando soluciones a los problemas que la originan.


    4. La Tristeza y la Depresión


La tristeza es una emoción natural que todos experimentamos en algún momento de la vida. Puede ser causada por diversos factores, como la pérdida de un ser querido, una decepción o la frustración por no alcanzar nuestras metas. Es importante permitirnos sentir tristeza y expresar nuestras emociones de manera saludable.


Por otro lado, la depresión es un trastorno mental grave que va más allá de sentir tristeza ocasional. Se caracteriza por una profunda sensación de desesperanza, falta de interés en actividades que antes resultaban placenteras, cambios en el apetito y el sueño, entre otros síntomas. La depresión puede afectar gravemente la calidad de vida de una persona y requiere tratamiento profesional.


   5. La Alegría y el Optimismo


La alegría es una emoción positiva que experimentamos cuando nos sentimos felices, satisfechos o contentos. Puede ser provocada por eventos agradables, logros personales o simplemente disfrutar de momentos especiales con amigos y seres queridos. Cultivar la alegría en nuestra vida diaria contribuye significativamente a nuestro bienestar emocional.


El optimismo, por otro lado, es una actitud mental positiva que nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida con esperanza y confianza en el futuro. Ser optimista no significa ignorar las dificultades, sino creer en nuestra capacidad para superarlas y encontrar soluciones. Practicar el optimismo puede mejorar nuestra resiliencia y nuestra capacidad para adaptarnos a los cambios.


   6. La Gratitud


La gratitud es una poderosa emoción que nos conecta con lo bueno que hay en nuestras vidas. Nos permite apreciar las pequeñas cosas y reconocer la generosidad de los demás. Practicar la gratitud regularmente puede mejorar nuestro bienestar emocional y fortalecer nuestras relaciones interpersonales. Tomarse un momento cada día para reflexionar sobre las cosas por las que estamos agradecidos puede tener un impacto significativo en nuestra felicidad y satisfacción personal.





   Conclusión


En resumen, nuestras emociones y sentimientos son una parte integral de nuestra experiencia humana. Aprender a reconocer, comprender y gestionar estas emociones de manera saludable es fundamental para nuestro bienestar emocional y nuestra calidad de vida en general. No tengas miedo de pedir ayuda si necesitas apoyo para manejar tus emociones o enfrentar desafíos emocionales difíciles. Recuerda, ¡tú tienes el poder de cultivar una vida emocionalmente plena y satisfactoria!


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Al concluir este viaje a través de nuestras emociones y sentimientos, espero que hayas encontrado inspiración y herramientas para cultivar un mayor bienestar emocional en tu vida. Recuerda que, aunque experimentemos una amplia gama de emociones, cada una de ellas tiene su propósito y puede enseñarnos valiosas lecciones sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea.


A medida que te despidas de estas páginas, te animo a practicar la autocompasión, la autoaceptación y la gratitud por la riqueza de emociones que te hacen humano. ¡Que cada experiencia emocional sea una oportunidad para crecer, aprender y encontrar la plenitud en tu vida!


¡Gracias por acompañarme en este viaje emocional! Hasta pronto, y que la vida te brinde abundantes razones para sonreír.


Si necesitas más orientación o deseas explorar más sobre este fascinante mundo emocional, no dudes en regresar. 


¡Hasta la próxima aventura emocional!


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